El proyecto Yoga Inclusivo Costa Rica inició durante uno de mis viajes a España, donde pude conocer el movimiento de la inclusión, adaptabilidad y accesibilidad del Yoga. Ahí nació la idea, ¿si el yoga y la meditación son mis herramientas de sanación, por qué no llevarlas a personas que no tienen el mismo acceso, y así apoyarlas en sus procesos de vida, a través de los invaluables beneficios de esta práctica?.
Después de terminar mi tercer entrenamiento como Instructor de Yoga (Yoga y Meditación, Hatha Yoga y Ashtanga Yoga), y siendo consciente de que para llevar el yoga a todos con sólo mi formación no era suficiente, tomé la decisión de enfocar mi práctica, estudio e investigación hacia la inclusión en el Yoga. Esta convicción me llevó de nuevo a España, a formarme en Yoga Inclusivo para Adicciones, Patologías y Adultos Mayores, y luego a México, para certificarme con la organización internacional AccessibleYoga.Org como Instructor en Yoga Accesible y a la vez, ser embajador de la misma institución.
Hoy, este proyecto, que mantiene clara su misión y visión “el Yoga es para todos” desde el servicio desinteresado del voluntario, ha ido creciendo. A la fecha contamos con nueve proyectos activos y continuos, participando en distintas actividades relacionadas con la inclusión social, entre las que se encuentran los entrenamientos formales para instructores de yoga con énfasis en yoga inclusivo, así como los cursos intensivos para profesores ya graduados, estudiantes avanzados, psicólogos, terapeutas ocupacionales o físicos, quiénes encuentran en el yoga una herramienta sumamente valiosa para su trabajo.
Los proyectos son tan variados como las necesidades propias de los sectores más diversos, lo que se refleja en la pluralidad de instituciones con las cuales cumplimos esta misión. Hace 4 años iniciamos el primer proyecto en el Centro de Rehabilitación Rostro de Jesús y de ahí en adelante se han sumado la Unidad de Atención Integral del Ministerio de Justicia y Paz, Adulto Joven de La Reforma, Centro de Menores del IAFA -área de mujeres y hombres-, Asociación Esperanza Viva y Transvida, Proyecto Institucional del Adulto Mayor – UCR, Capemcol (Centro de Atención para Personas con Enfermedades Mentales en Conflictos con la Ley), igualmente, hemos participado con la Fundación CEPPA en el Centro de Atención Institucional Vilma Curling, con Nango Murray en el CAI Vilma Curling – Buen Pastor, en el primer encuentro de Personas con Amputación, con Fundameco, Plura y Bestbuddies en el Día Nacional del Persona con Discapacidad., como en el Hospital México en conjunto con la Asociación Deportiva.
No me encuentro sólo en esta importante tarea, quienes fueran alumnos míos del curso de formación de Instructores de Yoga con énfasis en Yoga Inclusivo apoyan esta iniciativa. En estos momentos estamos desarrollando proyectos para personas privadas de libertad, migrantes y refugiados, con diferentes condiciones de salud, además de estar impartiendo la primera formación para instructores de yoga en Costa Rica en un centro penitenciario.
Toda esta experiencia me ha permitido impartir talleres sobre Yoga Inclusivo y Accesibilidad en la Universidad Santa Paula, para estudiantes de Terapia Ocupacional, Universidad La Salle en la semana de Semana de Transversalización enfocada en “Relaciones vitales y espiritualidad” y Universidad Técnica Nacional, sobre el derecho al deporte, la cultura y la recreación de las personas con discapacidad.
Puedo decir que estas experiencias han sido de las mejores como ser humano y, profesor de yoga. Lo que he vivido desde que puse un pie en el salón ha sido una constante transformación. Me llena inmensamente aceptar y lograr, disfrutar la diversidad humana y valorar esta oportunidad de estar aquí y ahora, descubriendo la respuesta de ¿para qué estoy aquí? Para servir, compartir y apoyar.
Cada vez que entro y salgo de los lugares a los que llevo el yoga, me siento infinitamente agradecido, porque es la gran oportunidad de rodearme de seres humanos que me compartirán grandes enseñanzas a través de su proceso de vida. Y al mismo tiempo, me siento honrado, dichoso y bendecido por su presencia en mi vida. Tiempo atrás, me sentía solo y apartado de la realidad. El Yoga me enseñó a ser una persona que se incluye, se adapta, se hace accesible a la diversidad humana, y así, encontré mi familia.
Por esto, sólo puedo dar las gracias a todos lo que creyeron en mí y en este proyecto. A quienes lo han apoyado y decidieron formarse como Instructores de Yoga Inclusivo. A quienes han compartido su tiempo, sus ideas, han donado materiales, han compartido la información, se han interesado en preguntar e informarse, en los profesionales que han confiado en llevar esta práctica a sus espacios y han compartido su conocimiento con nosotros; y ante todo, a cada persona que ha practicado conmigo en los diferentes proyectos, porque son ustedes el verdadero movimiento, son los verdaderos maestros, son ejemplo del gran poder de transformación del yoga, al ser escuchados, al vivir la experiencia de la práctica, a sentirse bien consigo mismos, a volver a soñar y disfrutar de vida, y como dijo una persona privada de libertad de la UAI «se puede volver a nacer a los 40 años gracias al Yoga».
Vivo esta experiencia desde el sentimiento de gratitud constante, la cual me hace continuar hacia adelante y llevar el yoga a todos por igual. Porque esa es la gran enseñanza del servicio desinteresado.